miércoles, 9 de mayo de 2012

¿Hay vida después de un trabajo?


Cuando el fin de un contrato está próximo, la persona que se verá en un plazo cercano sin su empleo no deja de pensar en esa fecha. Ese día que simboliza un antes y un después en tu rutina laboral porque desaparece de un plumazo y formas parte de esa gran familia que conforman millones de españoles -más de cinco para ser exactos- y se denomina “parados”.

Yo soy una de ellas y no veo el momento de dejar de serlo de una forma digna. Sin contratos basura, sin becas, sin trabajos no acordes a mi preparación de por medio a los que encima tienes que dar las gracias por ser un contratado más, que tarde o temprano pasará a ser un trabajador menos. Esta es la realidad en la actualidad y cuanto menos tardes en asumirlo, mejor aprovecharás tu tiempo y sabrás qué hacer para no hundirte en tu propio fango.

En un intento de optimismo ante esta situación, aunque los dos párrafos anteriores no lo parezcan, diré públicamente que muchas personas de las que se encuentran en este momento, que espero que no se convierta en algo estático para nadie, están en un estado de creación y reencuentro así mismo que podría elevarse al término de “quasi perfecto”.

A nadie le gusta estar sin ingresos más de cierto tiempo, o peor aún, mucha gente no puede permitírselo por razones obvias, pero existe un grupo que aún no tiene cargas familiares, existe un grupo que no espera mucho porque la crisis ha sido lo primero que han visto al terminar su formación y desconocen lo que significa “prescindir de” porque nunca han tenido nada.

De ese grupo diré que están entre los 20 y los 30 y pocos, que muchos cobran en negro y sobreviven, que las ilusiones pasadas de comprar una casa y tener una familia han sido reemplazadas por llegar a fin de mes, pagar el alquiler y, con suerte, ahorrar para darse una escapadita. Nada de hipotecas o las mínimas, por favor, que conocemos muy bien lo que sucede y quienes pierden.

Aprovechar este momento de transición entre un empleo y otro o entre tus estudios y la nada, para hacer cosas que por desgracia están en desuso, como tener tiempo para desarrollar tus habilidades u hobbies, es uno de los mayores regalos que un parado puede recibir.

Internet y las redes sociales se han vuelto la gran herramienta para que este grupo de personas puedan hacerse oír. No hace falta un gran dote para escribir, componer, dibujar, o cualquier cosa que uno pueda hacer. No hace falta un gran dote porque es mas necesaria la constancia y las ganas que ningún otro valor.

Esto no se trata de un intento fallido de potenciar las ventajas de estar parado porque, básicamente, no las hay. Tampoco es un análisis acerca de por qué están los jóvenes ante este panorama ya que este texto carece de argumentación al respecto, pero detrás de esta situación que engloba cifras escalofriantes se esconden personas que deben recordar cada día su valía y que tienen que hacer por sentirse bien ante esta incómoda situación.

1 comentario:

  1. cuanta razzon mel. yo soy uno más como tu desde el 31 de abril.
    xabi galicia

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