sábado, 31 de diciembre de 2011

De tú a tú

-No tengo nada que decir.

Esas fueran las únicas palabras que pronunció. Después de un año completo, después de 365 días seguidos, su única reflexión, la única frase que ha dicho tras valorar los aciertos y los errores, las cosas buenas y malas que ha acumulado, ha sido “no tengo nada que decir”.

Se acerca el final, en breves horas se va y ya para encontrarme con él, tendré que remover en mi memoria y seleccionar los momentos como las escenas de una película en mi reproductor de dvd, sin más. Dura poco, apenas unas horas, pero es el único instante en el que se le puede hablar mirándole a los ojos, viéndole desnudo al completo y sin que se guarde un as en la manga. Es la única vez que puedes sentarte a su lado y hablarle de tú a tú.

Tras sus palabras se hizo un largo silencio que parecía eterno y a decir verdad, en un principio esperaba más. Fijé mi mirada en él buscando una respuesta más ingeniosa que la dada, pero fue entonces, cuando le miré de arriba abajo, o quizás y mejor dicho, cuando le miré de enero a diciembre, cuando comprendí todo.

Estaba agobiado y cansado, demasiado cansado. Se nota que le pesan ya los días, pero no es para menos. Me ha recordado la catástrofe de Fukushima, las inundaciones de Tailandia, los conflictos de Oriente o las heridas que se reabren con los aniversarios de fechas mundialmente conocidas.

En un ámbito más cercano me ha enseñado, entre otras cosas, los cinco millones de parados de España, el 15-M, el fin de ETA pero no su entrega de armas, la corrupción y un goteo de dramas y penumbras que desolarían a cualquiera.

Quiero decirle que se anime, que no todo ha sido malo, pero no me sale...Tengo que ser sincera con él, quisiera que no se fuera con este mal sabor de boca, pero en general y como ciudadana, siento que ha sido un año complicado y merece saberlo, aunque a juzgar por su aspecto y las ganas de muchos de pasar página, ya lo intuye.

Entonces le cambio de tema. Pienso que para una vez que voy a estar con él, no le voy a machacar constantemente, porque estoy segura de que hoy lo ha escuchado ya más de una vez.

Le hablo de mí, no por animarle ni mucho menos, sólo porque quiero ser justa. Le cuento que a nivel personal mi balance es positivo y que, una vez más, he vuelto a aprender. Que tengo la certeza de que no soy la única y que, aunque se vaya silencioso, a oscuras y con la mirada baja, la ilusión es lo último que vamos a perder.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Distorsión


¡¡Cariño!!

¡Hace mucho tiempo que no sé nada de ti! Estoy muy ocupada con el proyecto y el trabajo, y mira si he perdido la noción del tiempo que a veces puedo distorsionar la realidad de tal manera, que no sé si estoy despierta o durmiendo y sueño con todo lo que tengo hacer. Te escribo para ver cómo estás, y que sepas que, aunque me voy cuatro días fuera, en cuanto llegue te dedicaré una noche solo para ti.

Espero que todo vaya genial y que aquello que me dijiste se esté solucionando. Nos tenemos que poner al día de todo, que me interesa muchísimo saber de tus últimas semanas. Nos vemos pronto. Saludos

           “Distorsionar la realidad y ver solo aquello que nos interesa saber”

jueves, 1 de diciembre de 2011

El premio de Sampedro

Apenas hace 48 horas que ha recibido el Premio Nacional de las Letras, cuando a través de una llamada por parte de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, le daba la noticia en pleno trayecto de Madrid a Málaga, la cual recibía con asombro y satisfacción.

El reconocido escritor y economista José Luis Sampedro se dirigía a su domicilio de Mijas (Málaga), un modesto piso al lado del mar que tiene una placa en la entrada en la que se puede leer “Avenida de la República” y, sobre las 20:00 horas, junto a su mujer, Olga Lucas, recibían a la prensa para hablar abiertamente sobre lo que suponía este reconocimiento que le ha llegado a sus 94 años y que ya veía como más probable recibirlo a título póstumo.

Sentado en su sillón en el cual posaba para los fotógrafos, comentaba que en este domicilio donde estará hasta la próxima primavera, tenía la Enciclopedia Británica con todos sus anexos y una bicicleta para hacer ejercicio en casa.

Su mujer, aquejada porque la casa olía a cerrado y las medicinas aún no las había guardado en su correspondiente lugar, respondía sin cesar al teléfono sin parar de narrar una y otra vez que la noticia les había pillado por sorpresa en pleno viaje.

Sampedro, una de las caras más visibles del 15M, lleva a sus espaldas 30 años de docencia, además de varias obras económicas y literarias. Reconocido por el Ministerio de Cultura como “uno de los más importantes escritores vivos en lengua española”, por fin ha recibido el galardón que brinda toda su trayectoria profesional.

Gracias por todo y enhorabuena de nuevo.

                                         (Fotografía de la Agencia Efe)